Este verano he vuelto a la Pica con mis hijos.
Sería absurdo hacer una reseña de la ascensión a la misma, dada la profusión de publicaciones en la que se explica el itinerario. En este sentido creo que es particularmente útil la que aparece en el buscador de rutas del Palau Robert (ver enlace en la barra lateral), cuya lectura recomiendo a todos los que quieran subir a la Pica.
Lo que sí que quería es contar algunas reflexiones fruto de nuestra experiencia de este verano.
Tristemente, mi torpeza hizo que borrara por error todas las fotografías que tomamos de la excursión. Por suerte disponemos de los dibujos que mi hijo Asier hizo durante esos días y que son los que ilustran este artículo.
El nuevo refugio.
Después de un largo y laborioso trabajo se ha completado la ampliación del refugio de Vallferrera, integrando el antiguo en la nueva estructura. Evidentemente el actual es más amplio y confortable, con un gran comedor y 60 plazas de dormitorio. Siguiendo la tendencia actual en los refugios, apenas hay un pequeño rincón donde el que no quiera media pensión o desayuno puede prepararse sus propias comidas. Parece que ya son historia los tiempos en los que la gente iba a los refugios con los hornillos y la comida a cuestas.
Actualmente la reserva se ha de realizar por Internet y hay que pagar por adelantado una paga y señal. Algo que creo debería generalizarse a todos los refugios para proteger a los guardas de la informalidad de algunos que reservaban en varios sitios a la vez para decidirse a última hora o que simplemente no se presentaban, creando un grave perjuicio económico a los guardas. ¡Cuántas veces les hemos visto afanarse preparando una gran cena para un grupo que esperaban y que nunca apareció ni avisó de que no iba!.
Hacía más de 10 años que no iba a Vallferrera. Probablemente la última vez fue una Semana Santa hacia el año 1997 ó 1998. Cayó una buena nevada y recuerdo que hicimos un bonito muñeco de nieve con Ginebra, que entonces debería tener unos 8-10 años, y su simpática perra Giva. Desde entonces el perfil de las personas que van al refugio me parece que ha cambiado mucho. Me llamó la atención la gran cantidad de gente que estaba haciendo la Porta del Cel. Algunos a su aire y muchos siguiendo las modalidades oficiales de travesía, 24 y 36 horas (¡si!¡si!¡ 65 km y 11.000 m de desnivel acumulado en 24 horas!, para que luego digan que el deporte es salud). El clásico excursionista que iba al refugio para subir a la Pica y punto parece estar en minoría o quizás en vías de extinción. Hoy en día son otras las tendencias dominantes en los deportes de montaña.
El deseo de cumplir el horario en algunos casos, los pocos días libres que disponemos en otros, o el deseo de limitar los gastos hace que muchos se lancen a la montaña a hacer la Porta del Cel en el plazo previsto haciendo caso omiso al tiempo atmosférico y oídos sordos a la previsión meteorológica para el día. El día 2 de Agosto por ejemplo hizo mal día, tal y como estaba anunciado. A pesar de ello, nadie pareció renunciar a hacer la ruta. A última hora de la tarde un grupo de 4 personas se encontró en la cima de la Pica bajo una fuerte tormenta eléctrica, con nula visibilidad por la niebla, ametrallados por el granizo y desorientados porque su GPS no funcionaba en aquellas condiciones. Por fortuna supieron encontrar el camino de descenso y todo quedo en una experiencia para no olvidar (hubo suerte una vez más).
La ascensión: exigencia física y equipo adecuado.
La subida a la Pica no debe infravalorarse. Es una ruta larga (17 Km entre ida y vuelta) y de gran desnivel (1.400 m). Hacerla en un solo día desde el Refugio de Vallferrera exige un buen estado de forma física. ¡Muchos llegan a la cima más muertos que vivos!.
Para hacerla con niños desde luego hemos de planificar varias etapas más cortas y de desnivel aceptable, tomarnos las cosas con tiempo y calma y planificar la ascensión reservando días extras por si el tiempo no acompaña y hemos de esperar a que mejore.
Nosotros planificamos la ascensión en 4 días:
-El primer día simplemente para llegar al refugio (en coche desde Barcelona hasta el aparcamiento de la Molinassa), hacer paseos cortos en sus alrededores para estirar las piernas, jugar y descansar.
-El segundo día subimos al Estany de Estats (530 metros de desnivel, 3h), donde acampamos. Como salimos temprano, llegamos también temprano, sin pasar calores ni sofocos y tras montar la tienda dedicamos el día a pasear por los alrededores del lago, jugar y descansar.
-El tercer día tocaba ascender a la Pica (800 m de desnivel, 3 horas) y volver al Estany de Estats al mediodía para pasar la tarde y otra noche aquí.
-El cuarto día descenso desde el Estany de Estats hasta el coche.
El día que teníamos que subir a la Pica hizo mal tiempo (tal y como estaba anunciado) y nos quedamos en la tienda todo el día, pasando el rato como pudimos: leyendo, jugando, dibujando. El día siguiente (también tal y como estaba anunciado) amaneció radiante y subimos a la Pica, ascensión dura pero que nos llenó de satisfacción y alegría.
Creo que es importantísimo salir muy temprano por la mañana apenas haya amanecido, aunque sólo sea para hacer la etapa del refugio al Estany d’Estats o el descenso del último día. En verano en la alta montaña puede hacer ya un calor intenso a las 10 de la mañana, haciendo nuestra subida más fatigosa e incómoda. Llegaremos tempranito a nuestro destino, pero tendremos luego todo el día para descansar, dormir y jugar. Muchas veces me cruzo en la montaña con grupos (a veces de chavales ó incluso con niños) que suben a las 2 ó las 4 de la tarde bajo un sol de justicia, cargados como burros, totalmente sofocados y al borde del colapso cardiocirculatorio. Imagino que a más de uno le habrá dado el patatús en esas condiciones.
El tópico de que hay gente que sube a la Pica en bambas es real (¡lo hemos visto este mismo verano y no eran corredores de montaña sino simples excursionistas!). Parece que olvidan que la ascensión a la Pica d’Estats es una excursión de alta montaña que requiere un equipo adecuado, empezando por un par de botas que nos agarrarán mejor al terreno rocoso y reducirán el riesgo de resbalones y nos protegerán de esguinces y traumatismos en los pies.
Mención aparte exige el uso de crampones. Incluso en Agosto podemos encontrar nieve (que suele estar helada a primera hora de la mañana, cuando ascendemos) en la subida al Port de Sotllo y en el flanqueo bajo la cara norte hacia el coll de Riufred. Nosotros no vimos a nadie que llevara crampones. Pasaban sobre la nieve helada arriesgándose a un resbalón y una caída. De hecho, dos días antes de nuestra ascensión un hombre cayó en el flanqueo por el nevero de la cara norte. Llevaba crampones, pero los tenía guardados en la mochila. Tampoco debió ser muy hábil en el manejo del piolet pues su caída sólo se detuvo cuando impactó en las rocas. Salió de ésta con magulladuras y abrasiones leves en la cabeza y los brazos (hubo suerte una vez más). Nosotros utilizamos unos artilugios muy sencillos y prácticos llamados Spiders (de la casa Grivel) que se adaptan a cualquier tamaño de bota y proporcionan un agarre suficiente sobre el hielo o la nieve dura en tramos no técnicos ni de gran inclinación. Además, en lugar de efectuar el flanqueo del nevero de la cara norte nosotros descendimos del Port de Sotllo hasta el Estanyol del Barç (tal y como señala la reseña que antes he mencionado del Palau Robert), para remontar inicialmente por terreno pedregoso pero sencillo y cómodo y luego por el sendero de la ruta normal hasta el Coll de Riufred. Esta variante evita el paso comprometido por el nevero y es indudablemente más segura, pero representa perder 100 metros de altitud (un fastidio, si) que tendremos que recuperar más adelante en el ascenso y también a la vuelta. Mi hija de 9 años lo hizo, y supongo que los adultos también pueden.
Es una lástima que esta variante objetivamente más segura no esté debidamente indicada y que todo el mundo siga como borregos la traza que les lleva a afrontar el flanqueo del nevero normalmente sin el material apropiado (piolet, crampones). He leído que el Parc Natural de l’Alt Pirineu construirá una pasarela sobre el barranco de Sotllo entre el Estany de Sotllo y el de Estats para mejorar el itinerario de acceso a pie a la Pica, lo cual es desde luego de agradecer, pero creo que sería más importante señalizar y acondicionar una ruta que evite el flanqueo. Creo que el número de accidentes en la Pica se reduciría bastante.
Espero que este gran rollo que he metido sea útil a alguien si ha tenido la paciencia de leerlo.
Sería absurdo hacer una reseña de la ascensión a la misma, dada la profusión de publicaciones en la que se explica el itinerario. En este sentido creo que es particularmente útil la que aparece en el buscador de rutas del Palau Robert (ver enlace en la barra lateral), cuya lectura recomiendo a todos los que quieran subir a la Pica.
Lo que sí que quería es contar algunas reflexiones fruto de nuestra experiencia de este verano.
Tristemente, mi torpeza hizo que borrara por error todas las fotografías que tomamos de la excursión. Por suerte disponemos de los dibujos que mi hijo Asier hizo durante esos días y que son los que ilustran este artículo.
El nuevo refugio.
Después de un largo y laborioso trabajo se ha completado la ampliación del refugio de Vallferrera, integrando el antiguo en la nueva estructura. Evidentemente el actual es más amplio y confortable, con un gran comedor y 60 plazas de dormitorio. Siguiendo la tendencia actual en los refugios, apenas hay un pequeño rincón donde el que no quiera media pensión o desayuno puede prepararse sus propias comidas. Parece que ya son historia los tiempos en los que la gente iba a los refugios con los hornillos y la comida a cuestas.
Actualmente la reserva se ha de realizar por Internet y hay que pagar por adelantado una paga y señal. Algo que creo debería generalizarse a todos los refugios para proteger a los guardas de la informalidad de algunos que reservaban en varios sitios a la vez para decidirse a última hora o que simplemente no se presentaban, creando un grave perjuicio económico a los guardas. ¡Cuántas veces les hemos visto afanarse preparando una gran cena para un grupo que esperaban y que nunca apareció ni avisó de que no iba!.
Hacía más de 10 años que no iba a Vallferrera. Probablemente la última vez fue una Semana Santa hacia el año 1997 ó 1998. Cayó una buena nevada y recuerdo que hicimos un bonito muñeco de nieve con Ginebra, que entonces debería tener unos 8-10 años, y su simpática perra Giva. Desde entonces el perfil de las personas que van al refugio me parece que ha cambiado mucho. Me llamó la atención la gran cantidad de gente que estaba haciendo la Porta del Cel. Algunos a su aire y muchos siguiendo las modalidades oficiales de travesía, 24 y 36 horas (¡si!¡si!¡ 65 km y 11.000 m de desnivel acumulado en 24 horas!, para que luego digan que el deporte es salud). El clásico excursionista que iba al refugio para subir a la Pica y punto parece estar en minoría o quizás en vías de extinción. Hoy en día son otras las tendencias dominantes en los deportes de montaña.
El deseo de cumplir el horario en algunos casos, los pocos días libres que disponemos en otros, o el deseo de limitar los gastos hace que muchos se lancen a la montaña a hacer la Porta del Cel en el plazo previsto haciendo caso omiso al tiempo atmosférico y oídos sordos a la previsión meteorológica para el día. El día 2 de Agosto por ejemplo hizo mal día, tal y como estaba anunciado. A pesar de ello, nadie pareció renunciar a hacer la ruta. A última hora de la tarde un grupo de 4 personas se encontró en la cima de la Pica bajo una fuerte tormenta eléctrica, con nula visibilidad por la niebla, ametrallados por el granizo y desorientados porque su GPS no funcionaba en aquellas condiciones. Por fortuna supieron encontrar el camino de descenso y todo quedo en una experiencia para no olvidar (hubo suerte una vez más).
La ascensión: exigencia física y equipo adecuado.
La subida a la Pica no debe infravalorarse. Es una ruta larga (17 Km entre ida y vuelta) y de gran desnivel (1.400 m). Hacerla en un solo día desde el Refugio de Vallferrera exige un buen estado de forma física. ¡Muchos llegan a la cima más muertos que vivos!.
Para hacerla con niños desde luego hemos de planificar varias etapas más cortas y de desnivel aceptable, tomarnos las cosas con tiempo y calma y planificar la ascensión reservando días extras por si el tiempo no acompaña y hemos de esperar a que mejore.
Nosotros planificamos la ascensión en 4 días:
-El primer día simplemente para llegar al refugio (en coche desde Barcelona hasta el aparcamiento de la Molinassa), hacer paseos cortos en sus alrededores para estirar las piernas, jugar y descansar.
-El segundo día subimos al Estany de Estats (530 metros de desnivel, 3h), donde acampamos. Como salimos temprano, llegamos también temprano, sin pasar calores ni sofocos y tras montar la tienda dedicamos el día a pasear por los alrededores del lago, jugar y descansar.
-El tercer día tocaba ascender a la Pica (800 m de desnivel, 3 horas) y volver al Estany de Estats al mediodía para pasar la tarde y otra noche aquí.
-El cuarto día descenso desde el Estany de Estats hasta el coche.
El día que teníamos que subir a la Pica hizo mal tiempo (tal y como estaba anunciado) y nos quedamos en la tienda todo el día, pasando el rato como pudimos: leyendo, jugando, dibujando. El día siguiente (también tal y como estaba anunciado) amaneció radiante y subimos a la Pica, ascensión dura pero que nos llenó de satisfacción y alegría.
Creo que es importantísimo salir muy temprano por la mañana apenas haya amanecido, aunque sólo sea para hacer la etapa del refugio al Estany d’Estats o el descenso del último día. En verano en la alta montaña puede hacer ya un calor intenso a las 10 de la mañana, haciendo nuestra subida más fatigosa e incómoda. Llegaremos tempranito a nuestro destino, pero tendremos luego todo el día para descansar, dormir y jugar. Muchas veces me cruzo en la montaña con grupos (a veces de chavales ó incluso con niños) que suben a las 2 ó las 4 de la tarde bajo un sol de justicia, cargados como burros, totalmente sofocados y al borde del colapso cardiocirculatorio. Imagino que a más de uno le habrá dado el patatús en esas condiciones.
El tópico de que hay gente que sube a la Pica en bambas es real (¡lo hemos visto este mismo verano y no eran corredores de montaña sino simples excursionistas!). Parece que olvidan que la ascensión a la Pica d’Estats es una excursión de alta montaña que requiere un equipo adecuado, empezando por un par de botas que nos agarrarán mejor al terreno rocoso y reducirán el riesgo de resbalones y nos protegerán de esguinces y traumatismos en los pies.
Mención aparte exige el uso de crampones. Incluso en Agosto podemos encontrar nieve (que suele estar helada a primera hora de la mañana, cuando ascendemos) en la subida al Port de Sotllo y en el flanqueo bajo la cara norte hacia el coll de Riufred. Nosotros no vimos a nadie que llevara crampones. Pasaban sobre la nieve helada arriesgándose a un resbalón y una caída. De hecho, dos días antes de nuestra ascensión un hombre cayó en el flanqueo por el nevero de la cara norte. Llevaba crampones, pero los tenía guardados en la mochila. Tampoco debió ser muy hábil en el manejo del piolet pues su caída sólo se detuvo cuando impactó en las rocas. Salió de ésta con magulladuras y abrasiones leves en la cabeza y los brazos (hubo suerte una vez más). Nosotros utilizamos unos artilugios muy sencillos y prácticos llamados Spiders (de la casa Grivel) que se adaptan a cualquier tamaño de bota y proporcionan un agarre suficiente sobre el hielo o la nieve dura en tramos no técnicos ni de gran inclinación. Además, en lugar de efectuar el flanqueo del nevero de la cara norte nosotros descendimos del Port de Sotllo hasta el Estanyol del Barç (tal y como señala la reseña que antes he mencionado del Palau Robert), para remontar inicialmente por terreno pedregoso pero sencillo y cómodo y luego por el sendero de la ruta normal hasta el Coll de Riufred. Esta variante evita el paso comprometido por el nevero y es indudablemente más segura, pero representa perder 100 metros de altitud (un fastidio, si) que tendremos que recuperar más adelante en el ascenso y también a la vuelta. Mi hija de 9 años lo hizo, y supongo que los adultos también pueden.
Es una lástima que esta variante objetivamente más segura no esté debidamente indicada y que todo el mundo siga como borregos la traza que les lleva a afrontar el flanqueo del nevero normalmente sin el material apropiado (piolet, crampones). He leído que el Parc Natural de l’Alt Pirineu construirá una pasarela sobre el barranco de Sotllo entre el Estany de Sotllo y el de Estats para mejorar el itinerario de acceso a pie a la Pica, lo cual es desde luego de agradecer, pero creo que sería más importante señalizar y acondicionar una ruta que evite el flanqueo. Creo que el número de accidentes en la Pica se reduciría bastante.
Espero que este gran rollo que he metido sea útil a alguien si ha tenido la paciencia de leerlo.
La Pica vista desde el Estany d'Estats